El consumo y la recuperación de la economía española

El consumo y la recuperación de la economía española

¿Es el consumo la clave de la recuperación de la economía española? Cuando nos dicen que debemos consumir más para que la economía crezca, realmente parece algo de sentido común. La fórmula es simple: a un mayor aumento del consumo en España, aumentará el volumen de ventas de las empresas, y por consiguiente, estas empresas tendrán una mejor economía para contratar mayor cantidad de empleados. Así cubrirán la creciente demanda, y estos empleados cobrarán salarios más altos, provenientes del éxito de ventas.

Dicho así, tal pereciera que la recuperación de la economía española, tras la dura recesión provocada por la pandemia de Covid-19, llegará de un momento a otro. Y algo de cierto hay en eso, pero veamos cuánto.

¿Hasta dónde puede llegar la recuperación de la economía española por medio del consumo?

Es cierto que durante 2020 España sufrió la recesión más dura de la toda la eurozona, y la crisis económica más severa después de la Guerra Civil. Basta señalar que la economía nacional sufrió una contracción del 10.8%; y que, de este porcentaje, más de siete puntos fue consecuencia del sistema masivo de ahorro implementado por los hogares. Las familias comenzaron a ahorrar como nunca, reduciendo drásticamente sus niveles de consumo. Y aquí entramos de lleno en el quid de esta primera parte.

Se estima que los hogares españoles acumularon un estimado de 100.000 millones de euros en concepto de ahorros durante 2020. Menuda cifra. Parece de locos, ¿verdad? Lo cierto es que, según analistas de economía de BBVA, el consumo que más se vio reducido durante la crisis sanitaria es el de servicios de turismo y ocio, algo de lo que en España sabemos bastante.

Si bien es posible que esos 100.000 millones de euros, al ser adsorbidos como gastos, consigan un repunte a corto plazo en la economía, no son suficientes para compensar la brutal caída económica del 2020. Además, la absorción de este volumen de capital inactivo no será de golpe, sino gradual.

Y sí, es cierto que el consumo privado es un elemento de peso a tener en cuenta en el proceso de recuperación de la economía española. Pero de ninguna manera debe considerarse como un boom que llevará a España de forma mágica a recuperar el PIB perdido. Toda recuperación es un proceso gradual, y en nuestro caso llevará años, apuntando los pronósticos más amables hacia mediados o finales de 2023.

Pero bueno, esta es solo una capa del pastel, miremos un poco atrás.

¿Cómo era el estado de la economía española antes de la Covid-19?

Analizando el tema de la economía en España durante los años anteriores a la Covid-19, podemos reconocer que no nos iba tan mal. Con índices de consumo cada vez más altos, las empresas hacían su agosto; y esto generaba mayor cantidad de empleos, con salarios cada vez mejores. Fueron años de relativa seguridad y estabilidad económica.

Luego llegó la crisis de la pandemia de Covid-19 y todo se fue al demonio. Y entonces salieron a relucir los grandes problemas de la fórmula que hasta entonces nos había funcionado: nuestros niveles de consumo habían sido excesivos. El ahorro, aunque la cifra anterior parezca una barbaridad, se demostró en la práctica que había sido insuficiente. Sobre todo, las inversiones no habían sido las más acertadas.

Y es que, aunque en apariencia teníamos empleo, buenos salarios, ahorros e incluso inversiones, la crisis sanitaria nos puso en jaque llevándose todo eso de un zarpazo; dejando al desnudo, por ejemplo, la desprotección casi absoluta de los sectores más vulnerables de la sociedad. Aquellos que siempre han vivido al margen de las bonanzas económicas. ¿Cómo nos fue posible vivir con ese nivel de economía de consumo aquí en España?

La fórmula más viable para la recuperación de la economía

Hasta ahora hemos hablado de la necesidad de una recuperación que se traduzca en crecimiento económico. Bien, pero el crecimiento económico por sí solo no siempre se traduce en una mayor cantidad y mejor calidad de empleos. El crecimiento económico tiene que existir como requisito previo para aumentar los empleos productivos. El empleo de un país no aumenta porque las familias gasten más. Estas familias necesitan empleos que generen ingresos para gastar.

El crecimiento económico de un país es posible gracias al resultado combinado del incremento en el empleo y el incremento en la productividad laboral. Y para que esto sea efectivo, ni el ciudadano común ni las empresas pueden estar asfixiadas por los impuestos. Y esto es responsabilidad directa del gobierno.

No podemos olvidar que los actores principales, y en última instancia, responsables de la economía nacional, son los políticos; y estos rara vez, por no decir nunca, se preocupan y ocupan por el bienestar de la capacidad adquisitiva del ciudadano.

La fórmula para salir de la crisis en España, conseguir una recuperación sólida de la economía, y en el menor periodo de tiempo, no puede ser incentivar el consumo desmedido. Es cierto que se espera que los niveles de consumo privado superen los de inversión, con un aumento del 22%. Así generaremos un aumento del PIB trimestral del 1,8%, y un crecimiento total para finales de año del 5,8%, según el consenso de Bloomberg. Pero, aunque las familias vuelvan y gasten esos 100.000 millones de euros ahorrados, eso solo será pan para hoy mucha hambre para mañana. La solución real dependerá de la capacidad del gobierno de implementar políticas económicas que posibiliten tener una economía sana y fuerte. Y en este modelo el factor consumo es menos determinante que un buen sistema de ahorro sólido, e inversiones acertadas.

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