Liquidación de empresas en crisis: ¿Es el fin o un nuevo comienzo?

Liquidación de empresas en crisis: ¿Es el fin o un nuevo comienzo?

Si eres el propietario de una empresa en crisis y estás en la fase de liquidación concursal de tu compañía, significa con toda probabilidad que ya has “tirado la toalla” definitivamente y que vas a cerrar la empresa. Sin embargo, pocos empresarios saben que incluso cuando un concurso de acreedores ha fracasado existe la posibilidad de recuperar parte o la totalidad del negocio en condiciones muy favorables. Y eso es lo que voy a tratar de explicar en este artículo.

¿Merece la pena recuperar mi empresa?

Hay empresas que a pesar de encontrarse en concurso de acreedores, son negocios que generan rentabilidades interesantes y que su único problema es la acumulación de deudas con proveedores, entidades financieras y trabajadores. Muchas veces estas deudas provienen del pasado y dañan irreversiblemente la compañía. Por esta razón, en los procesos de liquidación de empresas, la ley concursal apuesta cada vez más por la continuidad de la actividad y el “rescate” de las unidades productivas.

Y os estaréis preguntando: ¿Cómo rescato mi negocio si no lo he podido sacar adelante durante el concurso de acreedores?. La respuesta es sencilla, comprando la unidad productiva o unidad de negocio en la fase de liquidación. Parece sorprendente que la solución sea comprar nuestra propia empresa, pero esta solución es la ideal para arrancar el negocio de una manera limpia y con la menor deuda posible.

Pero tiene truco, porque lo que realmente estamos comprando no es nuestra empresa, sino los activos de la misma, es decir, sus bienes. Y además, para que todo ello tenga un carácter legal tendremos que solicitarlo de manera transparente a través del juzgado mercantil que lleve nuestro concurso, y por lo tanto necesitaremos la aprobación del Juez y el “visto bueno” del administrador concursal.

En la liquidación de empresas, hasta el propio propietario puede pujar por la unidad de negocio y adquirirla; de esta forma tiene la capacidad de recuperar los bienes de la misma para iniciar la actividad de nuevo desde otra sociedad y olvidándose de la mayoría de los pasivos, como por ejemplo las deudas con proveedores, entidades financieras, etc.  El único inconveniente es que este proceso tiene una cierta complejidad ejecutiva y habrá que tener en cuenta siempre los siguientes puntos:

  1. Se necesita asesoramiento profesional. Es imprescindible contar con asesores expertos que desarrollen el Plan de Viabilidad de la unidad productiva que se presentará en la propuesta al juzgado. Es decir, se necesitan profesionales que “convenzan” tanto al administrador concursal como al Juez que la venta de la unidad productiva es la mejor solución en la fase de liquidación.
  2. La comunicación con el administrador concursal durante todo el proceso es esencial. Los asesores deberán orientar, sugerir y proponer las mejores opciones para el desarrollo del plan de liquidación concursal, en beneficio de la continuidad del negocio.
  3. El precio de compra es lo menos importante. El Juez valorará mucho más otros aspectos objetivos como la viabilidad de la nueva empresa, la conservación de puestos de trabajo, la asunción de “algunos” pasivos por parte del comprador, etc. Por ejemplo, ocurre con mucha frecuencia, que el precio de adquisición de la nueva unidad de negocio sea de 0 € (CERO EUROS), aunque eso sí, el comprador acostumbra a asumir algunos de los pasivos de la empresa, como pueden ser la continuidad de algunos puestos de trabajo o las deudas con algunos acreedores.
  4. Nunca intentar reiniciar la actividad a espaldas del Juzgado. Es frecuente que muchos empresarios, se arriesguen a liquidar el negocio y reabrir la actividad sin deudas y con parte de los activos de la anterior sin comunicarlo al juzgado ni al administrador concursal. En este caso, el empresario habrá incurrido en una sucesión empresarial fraudulenta. La sucesión de empresa no es más que un tipo de alzamiento de bienes, y por lo tanto es un delito socio económico con repercusiones penales importantes y graves.

Todos salen ganando.

En la compra de la unidad productiva muchos salen ganando. Evidentemente el primer beneficiado es el empresario. Lo que se presuponía un negocio “fallido” o quebrado se convierte en una segunda oportunidad para el empresario. Pero lo mejor de todos estos procesos es que no solo se beneficia el comprador si no que hay muchos otros que se ven favorecidos: muchos trabajadores conservan su empleo, todos los proveedores pueden recuperar el cliente e incluso algunos pueden llegar a recuperar parte o la totalidad de la deuda.

En definitiva, lo que más nos debe de preocupar en la gestión de los procesos de liquidación de empresas es contar con asesoramiento experto que permitan asegurar la recuperación del negocio de una manera óptima, legal y a un coste razonable. Tanto yo como mi equipo en Dipcom Corporate, podemos ayudaros a comprar y recuperar vuestro negocio. Para cualquier duda o pregunta, puedes ponerte en contacto conmigo a través del formulario de contacto de este blog.

“El fracaso es una gran oportunidad para comenzar de nuevo con más vigor e inteligencia” Henry Ford

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