¿Qué es Iota? La disruptiva tecnología DAG

¿Qué es Iota? La disruptiva tecnología DAG

En el mundo de las criptomonedas, que crece rápidamente, aparecen nuevos activos digitales casi semanalmente. La mayoría de ellos no son más que otra variación de un proyecto de blockchain ya existente con algunos pequeños retoques o una visión totalmente diferente del mismo tema. Sin embargo, unos pocos han introducido conceptos fundamentalmente nuevos que tienen el potencial de convertirse en piedras angulares de las futuras aplicaciones tanto en el mundo IOT (Internet of Things) como en el mundo de las finanzas descentralizadas entre otras. Entre estas se encuentran tecnologías basadas en el Tangle, una Blockchain que no es una Blockchain, sino algo totalmente nuevo y diferente. Incluso podríamos decir, que casi no tiene nada que ver con esta tecnología.

Como veremos, el Tangle (“enredo” en inglés) se basa en construcciones matemáticas llamadas DAG o Grafos Dirigidos Acíclicos, que permiten creación de sistemas y redes con funcionalidades idénticas a las de la Blockchain pero muy superiores a esta última en escalabilidad. Son en esencia una construcción matemática y computacional que permite la creación de sistemas y redes que consiguen lo que la Blockchain no ha podido hacer en toda su existencia: Alcanzar con éxito el trilema que buscaban todos criptoactivos y que hasta hasta ahora había sido imposible de lograr: Escalabilidad, Seguridad y Descentralización.

¿Qué es la tecnología DAG?

Un grafo acíclico dirigido es una estructura de datos utilizada para representar grafos cíclicos con un número de aristas. Puede utilizarse como base para diversas tecnologías, como por ejemplo los sistemas distribuidos, los sistemas de archivos, el procesamiento de imágenes y los lenguajes informáticos. Los DAG se utilizan en informática desde la década de 1990, pero recientemente algunos proyectos del mundo “cripto” han puesto sus ojos en estas construcciones matemáticas como herramienta para crear tecnologías de libro mayor distribuido (DLT).

Los Directed Acyclic Graph (DAG) y su aplicación a las DLT como el Tangle se esbozaron por primera vez en unos primeros whitepapers ya en 2016 y desde entonces se han implementado en algunos proyectos con sus propios tokens nativos, Iota, Shimmer o Assembly.

Los libros de contabilidad distribuidos basados en DAG tienen varias ventajas sobre los sistemas de cadenas de bloques. Por ejemplo, son escalables (a diferencia de las cadenas de bloques), pueden procesar los datos de las transacciones al mismo tiempo que confirman la validez de la cadena y tienen menos requisitos energéticos (los menores de todo el universo criptográfico).

Iota. Una breve descripción

Describir IOTA en un breve artículo como este es básicamente imposible. Las soluciones que aborda esta tecnología serán en un futuro no muy lejano fruto de innumerables publicaciones y estudios.

Iota es para muchos el proyecto más interesante del mundo DLT. Como ya dijimos antes, es la única que resuelve en conjunto los cuatro problemas más acuciantes en el ámbito del blockchain: la escalabilidad, la seguridad, la descentralización y las tarifas. Iota, al utilizar una estructura basada en DAG llamada «Tangle», no tiene bloques ni cadena, sino que permite que las transacciones se realicen en la red en paralelo y con una escalabilidad sin límites, lo que la convierte en la primera tecnología cripto que supera el famoso Trilema de Vitalik Buterin.

Pero ahí no acaba la cuestión, el sistema de validación de transacciones de IOTA no requiere ni de minería ni de mineros, lo que la convierte en el único criptoactivo que no tiene tarifas al operar y que tampoco requiere energía significativa. El consumo energético de Bitcoin por transacción es enorme: 980 KWh, sin embargo, el de IOTA es casi insignificante y residual, 0,0000016 KWh, que es lo que un dispositivo electrónico consume al enviar un pequeño archivo de información a la red, es decir, casi cero.

Pero, ¿Cómo han podido resolver el Trilema? IOTA lo resuelve utilizando un enfoque único: “[…] utilizando un procedimiento de transacción paralela asíncrona junto con un consenso probabilístico basado en un reloj global aleatorio para combinar un sentido relativo del tiempo.” Seguro que si no eres un entendido de esta tecnología no te habrás enterado de nada, pero bueno, ya dije que no es fácil de entender para un neófito. Como resumen, podemos decir que el secreto está en usar un nuevo consenso para el libro mayor (DLT), llamado On-Tangle-Voting (OTV), que no requiere mineros y que mejora la escalabilidad y la descentralización. Recordemos que los principales consensos hasta ahora es PoW (Proof of Work) utilizado por Bitcoin o PoS (Proof of Stake) que es el que utiliza Ethereum.

Aplicaciones de Iota al mundo real. Empiezan a entregar soluciones

IOTA nació inicialmente para solucionar problemas del Internet of Things (IOT). La tecnología Tangle originalmente estaba diseñada para que las máquinas pudiesen realizar transacciones seguras entre ellas. La visión inicial se centraba en que los dispositivos del Internet de las Cosas pudiesen utilizarla para comerciar con recursos, servicios y datos en tiempo real, sin una autoridad central. Sin embargo, la evolución a IOTA 2.0 ha sido mucho más ambiciosa, pasando de desarrollar aplicaciones de ‘internet de las cosas’ a aplicaciones de ‘internet de todo’.

Iota ha tenido un camino difícil, puesto que la tecnología que ha construido aborda los principales defectos y carencias que tiene la Blockchain. Ha habido pocos protocolos DLT sobrevivientes tan disputados, discutidos con vehemencia como IOTA. A pesar de la controversia y las condiciones adversas del mercado, el equipo ha seguido reorganizándose, investigando, desarrollando. Y por fin, las aplicaciones reales están llegando al mundo real.

La Fundación IOTA ya está desarrollando no solo el futuro de IOTA sino ya el presente. IOTA está respaldando la creación de soluciones robustas y personalizadas basadas en las características distintivas de su tecnología. Entre los proyectos, que ya empiezan a ser muy numerosos, podríamos destacar algunos bastante ambiciosos:

  • Un primer ejemplo es el Proyecto Alvarium, en el que Dell e Intel utilizan la tecnología de IOTA en colaboración con Linux Foundation para desarrollar su “Data Confidence Fabric” enfocado en resolver la confiabilidad de los datos en la industria.
  • Red Shimmer. También están en camino cerca de 80 iniciativas de proyectos que anticipan el lanzamiento completo de contratos inteligentes y ha madurado una gobernanza comunitaria activa para respaldar tanto el protocolo como el desarrollo del mercado. Todos ellos desarrollados a partir de la red Shimmer (SMR), que es la red “hija” de IOTA donde se prueban toda la tecnología antes de migrarla a su red principal.

¿Qué podemos esperar?

A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han provocado cambios de paradigma en las actividades económicas, en los ecosistemas de oferta y demanda y en la forma de estructurar las sociedades. Estamos en el inicio de una evolución que transformará la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. La revolución que estamos viviendo ofrece una oportunidad única para cambiar el statu quo y crear un futuro que nos pertenezca. IOTA y su tecnología asociada tienen el potencial de perturbar y mover los cimientos de nuestra economía e incluso de nuestra sociedad. Cualquiera puede adivinar qué proyectos emergerán como líderes, pero algunos ya han mostrado signos de progreso significativo. Iota es uno de ellos.

Un amiga mía experta en tecnologías disruptivas a la que pedí información hace unos días me resumió esta tecnología en una frase: ¡Ha muerto la Blockchain, larga vida al Tangle!

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