¿Qué es Design Thinking?

¿Qué es Design Thinking?

Encontrar soluciones a los problemas que van surgiendo es una de las principales tareas de los empresarios y emprendedores, lo que lleva a muchos de ellos a recurrir al Design Thinking.

Aunque en un primer momento esta metodología se aplicó al sector del diseño de productos, a día de hoy está presente en multitud de ámbitos debido a su capacidad para facilitar la resolución de problemas y encontrar soluciones innovadoras.

¿Qué es Design Thinking o Pensamiento de diseño?

El Design Thinking, conocido en español como Pensamiento de diseño, hace referencia a una metodología que tiene como objetivo ofrecer la mejor solución a cualquier inconveniente.

Para conseguirlo, el método propone dividir el problema en partes pequeñas y analizar cada una de ellas como lo haría un profesional del diseño, es decir, abriendo la mente y dando rienda suelta al ingenio y la creatividad.

Se centra, por tanto, en hacer uso de diferentes procesos y herramientas con el fin de resolver problemas de una manera creativa y original.

¿Cuál es el origen del Pensamiento de diseño?

Para conocer los orígenes del Design Thinking o Pensamiento de diseño no es necesario que hagamos un largo viaje en el tiempo, ya que todo empezó en San Francisco (Estados Unidos) en los años 70.

Fue en esa época cuando la consultora Ideo, liderada a día de hoy por Tim Brown, comenzó a aplicar con éxito esta metodología en muchos de sus proyectos comerciales.

A pesar de que en sus inicios el Design Thinking se utilizó para solucionar problemas complejos relacionados con el desarrollo de productos, con el tiempo ha ido evolucionando y, en la actualidad, también se emplea para definir modelos de negocio, dar forma a productos innovadores y mejorar la experiencia de usuario o los procesos de las empresas, por ejemplo.

Las fases del Design Thinking

La principal finalidad de esta metodología consiste en encontrar soluciones a problemas complicados apostando por la creatividad, las lluvias de ideas y el trabajo en equipo.

Si nos centramos en las diferentes etapas del Pensamiento de diseño, podemos distinguir las siguientes:

Trabajar la empatía

La empatía juega un papel esencial en el terreno del Design Thinking, ya que gracias a ella es posible ponerse en la piel de los clientes, descubrir qué necesitan, saber qué les gusta y poner a su disposición una solución que se adapte lo mejor posible a sus preferencias.

Definir el problema

Una vez superada la fase de empatía, el siguiente paso se centrará en definir el problema filtrando toda la información de la que se dispone hasta quedarse, tan solo, con los aspectos que realmente tienen interés y van a poder ser de ayuda para alcanzar las metas y objetivos de la empresa.

Proponer ideas

Las lluvias de ideas tienen una relevancia especial en el ámbito del Pensamiento de diseño y todas las propuestas son bienvenidas debido a que, por extrañas o locas que parezcan en un primer momento, se pueden acabar convirtiendo en la solución idónea al problema que se plantea.

Realizar un prototipo

Una vez que se ha empatizado con el cliente, se ha definido el problema y se ha encontrado una idea innovadora para solventarlo, llega el momento de hacer un prototipo.

En esta fase el equipo de trabajo se encargará de construir un modelo de una forma ágil y rápida para comprobar lo antes posible si la idea funciona y si va a permitir alcanzar las metas marcadas.

Analizar las opiniones

Si el prototipo arroja buenos resultados, la última fase se ocupará de lanzarlo al mercado y analizar las opiniones y el feedback de los clientes para saber si se trata de la solución idónea o si, por el contrario, es necesario seguir buscando ideas que solventen el problema al que se enfrenta la compañía.

¿Cuáles son los beneficios del Design Thinking?

Son muchas las organizaciones que han optado por implementar el Design Thinking o Pensamiento de diseño, ya que ofrece los beneficios que describimos a continuación:

Adaptarse al mercado

La búsqueda de ideas modernas, actuales, originales e innovadoras es la base del Design Thinking y permite tanto encontrar soluciones a problemas complejos como adaptarse a los cambios que se van produciendo en el mercado, algo esencial para seguir creciendo y avanzando.

Fomentar el trabajo en equipo

El trabajo en equipo es primordial a la hora de implantar el Pensamiento de diseño debido a que las lluvias de ideas aportan propuestas y puntos de vista muy diferentes, lo que permite encontrar la solución adecuada con rapidez y fomentar la cooperación y la colaboración entre los equipos de trabajo.

Transformar los problemas en oportunidades

Aunque son muchos los problemas con los que puede toparse una empresa o negocio, el Pensamiento de diseño tiene el poder de transformarlos en oportunidades al emplearlos para encontrar propuestas creativas, únicas y revolucionarias que se adaptan por completo a las necesidades del cliente y que pueden convertirse en un gran éxito.

Conclusiones

Gracias al Design Thinking es posible encontrar soluciones a problemas complejos en prácticamente cualquier sector y transformar esos inconvenientes en oportunidades gracias a la creatividad y a la propuesta de ideas originales e innovadoras.

Aunque esta metodología comenzó a implementarse en los años 70 del pasado siglo, hoy por hoy son muchas las organizaciones que siguen recurriendo a ella y que aprovechan el ingenio y la imaginación para adecuarse a las necesidades de sus clientes.

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