La empresa de cristalería Duralex, nacida en tierras francesas y conocida en buena parte del mundo por sus vajillas de vidrio templado, ha sido declarada en quiebra por un tribunal de Orleans, en Francia.
La situación actual de Duralex se debe, sobre todo, a su elevado endeudamiento y a su falta de liquidez. A todo ello, se suma una fuerte caída en las ventas que se ha acentuado desde el comienzo de la pandemia de Covid-19.
De hecho, el coronavirus ha provocado que la firma francesa haya perdido alrededor del 60 % de su facturación debido al cese de las exportaciones, que representan el 80 % del negocio y que han acelerado la quiebra de Duralex.
Los orígenes de Duralex
Duralex es una empresa nacida en Francia en el año 1939 en el seno de Saint-Gobain, una multinacional que empezó su andadura como compañía vidriera y que, a día de hoy, fabrica materiales para estructuras.
Duralex, que tiene su sede en la región francesa de La Chapelle-Saint-Mesmin, se puede definir como una firma de cristalería especializada en la fabricación de vajillas de vidrio templado y accesorios de cocina.
Aunque han sido muchos los acontecimientos que han propiciado la quiebra de Duralex, nos encontramos ante una empresa que experimentó un gran éxito durante mucho tiempo.
Su triunfo se debió a una técnica desarrollada por Saint-Gobain en los años 30 que le permitió crear una vajilla irrompible que causó furor.
Para conseguirlo, la empresa se ocupaba de calentar el vidrio recién moldeado a 600 grados centígrados para, acto seguido, enfriarlo con gran rapidez con la finalidad de conferirle una resistencia a los golpes dos veces mayor a la del cristal convencional y dar lugar a lo que se conoce como vidrio templado.
Dura lex, sed lex
Bajo el lema Dura lex, sed lex (La ley es dura, pero es ley), la compañía ha fabricado vajillas y enseres de cocina durante alrededor de 80 años y ha cosechado importantes éxitos tanto en Francia como en España y en otros países del mundo no solo por su gran resistencia, sino también por el reducido precio de sus productos.
Tanto es así que, durante la década de los 40, empezó a ser muy habitual encontrar los platos, vasos y bandejas en color verde y naranja de Duralex dentro de los armarios de las cocinas.
De hecho, la compañía francesa llegó a vender más de 130 millones de accesorios pertenecientes a su vajilla de vidrio templado y consiguió formar una plantilla compuesta por más de 1.500 empleados.
Pero en la década de los 70 la situación cambió debido a que la firma fue vendida al grupo italiano Bormioli Rocco & Figlio y comenzó a experimentar un fuerte declive.
Tras la crisis económica de 2008 que azotó al mundo entero, los hermanos André y Antoine Ioannidès pasaron a hacerse cargo de la entidad y a centrar todos sus esfuerzos en la recuperación de Duralex.
Aunque en un primer momento el trabajo de los empresarios dio sus frutos, la firma francesa Duralex no pudo evitar que a finales de septiembre de 2020 el Tribunal Comercial de Orleans la declarara en quiebra.
Y es que a la pandemia de coronavirus y a la falta de liquidez de la empresa hay que añadir la crisis acaecida en 2017, año en el que la empresa sufrió un grave incidente cuando uno de sus hornos se dañó durante su reparación.
Este hecho provocó que la producción de Duralex pasara de las 160 toneladas de producción de vidrio al día habituales a tan solo 20 toneladas diarias.
Si no se encuentra un comprador, Duralex quiebra definitivamente
Según han publicado diversos medios de comunicación franceses, la quiebra de Duralex ha dado paso a un periodo de observación de seis meses que la compañía empleará para buscar un comprador.
No obstante, Antoine Ioannidès, director general de la empresa, ha dejado de manifiesto en varios periódicos de Francia que la suspensión de pagos en la que se encuentra inmersa la compañía solo es un procedimiento temporal y que, además, no tienen previsto recortar su plantilla, formada a día de hoy por más de 240 trabajadores.
A lo largo de los próximos meses, el Juzgado nombrará a un administrador concursal que se encargará de supervisar el negocio y, además, se congelarán las deudas y se obligará a la compañía a presentar un plan de negocio actualizado.
La quiebra de Duralex pone fin a una vajilla única que ha estado presente en los hogares de infinidad de personas que, a partir de ahora, solo podrán ver los icónicos accesorios de cocina de la firma al sumergirse en los recuerdos de su infancia.
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