Pausa de Engels, ludismo y destrucción de empleo

Pausa de Engels, ludismo y destrucción de empleo

Para poder predecir el futuro de la economía es necesario conocer su pasado. La macroeconomía se mueve por ciclos iterativos muy similares. El estudio de estos ciclos nos permite hacer predicciones futuristas bastante precisas. Por esta razón, hoy hablaré de dos conceptos de historiografía económica que nos conectan con la situación actual: El movimiento social del ludismo en el siglo XIX y la pausa de Engels. Ambos son conceptos que nos ayudarán a entender el porqué la tecnología va a producir una masiva destrucción de empleo en la próxima década. Así mismo comprenderemos como va a reaccionar la sociedad ante estos cambios.

Qué es la pausa de Engels

La pausa de Engels es un término que creó el historiador Robert Allen. Con este concepto trata de explicar la paradoja salarial acontecida en el periodo económico de la primera mitad del siglo XIX en Inglaterra. En este periodo, de 1800 a 1840, los salarios de los trabajadores ingleses se congelaron a pesar de que el PIB per cápita creció. Este crecimiento se produjo por la expansión tecnológica de revolución industrial en la primera mitad del siglo XIX. El desarrollo tecnológico de este periodo propició un crecimiento de la riqueza nacional como jamás había ocurrido. Paradójicamente, los salarios se estancaron. ¿Por qué sucedió esto?

Desarrollo tecnológico y destrucción de empleo

La revolución industrial tuvo su mayor impulso por el desarrollo tecnológico. En la Inglaterra de la primera mitad del siglo XIX, la mano de obra fue sustituida muy rápidamente por las máquinas y elementos tecnológicos innovadores. El primer sector que se vio afectado fue la industria textil. Los nuevos telares sustituyeron a los artesanos e hilanderas, muchos de los cuales se quedaron sin trabajo. Esta circunstancia acabó contagiándose a todos los demás sectores: minería, construcción, etc. Además, al no ser necesarios ya los artesanos, los salarios de los trabajadores se fueron reduciendo paulatinamente a costa del incremento de los beneficios de las empresas. Esto es exactamente lo que Robert Allen ha denominado pausa de Engels: Siempre que se produce una revolución o innovación tecnológica, hay un periodo de unos años e incluso décadas en los que la tecnología genera riqueza, pero también destrucción de empleo.

Qué es el Ludismo. La reacción social ante la pérdida de empleos

El desempleo entre los tejedores desencadenó en una fuerte agitación social en Inglaterra. Los artesanos asaltaron las fábricas y destruyeron los telares industriales. Este movimiento social se denominó ludismo. El origen del término es un poco misterioso, aunque casi todos los historiadores apuntan a un joven artesano llamado Nedd Ludd, que quemó varios telares como protesta por el riesgo que estos suponían a los artesanos e hilanderas. De su apellido, Ludd, se deriva la palabra ludismo.

Básicamente, este era un movimiento obrero que utilizaba sus acciones reivindicativas y de destrucción de máquinas para posicionarse mejor ante una negociación con los empresarios. Por lo tanto, podemos considerar al ludismo como un movimiento de la clase obrera ante la destrucción de empleo y la degradación de sus condiciones laborales durante la Revolución Industrial.

Un futuro de incertidumbre laboral

Tal y como comentaba al inicio de este post, para pronosticar el futuro es necesario conocer el pasado. En este sentido la mayoría de los economistas coinciden que la próxima década entraremos en una nueva pausa de Engels y surgirán nuevos movimientos obreros de agitación social similares al que produjo el ludismo en la primera revolución industrial.

La robótica, la tecnología de la información y la inteligencia artificial están poniendo en riesgo los puestos de trabajo de muchos sectores. Lo hemos vivido en el año 2018 en el sector del taxi en España. Los taxistas reaccionaron con enfado y fuerza ante la amenaza tecnológica de las plataformas como Uber o Cabify. Lo mismo ha ocurrido con Airbnb y el sector hotelero. Hay muchos paralelismos históricos entre estas agitaciones sociales y el ludismo del siglo XVIII.

Tenemos que aprender y no volver a reproducir errores del pasado. La cuarta revolución industrial que estamos viviendo va a traer riqueza y prosperidad. Además, beneficiará a la calidad del empleo, haciendo desaparecer los trabajos repetitivos y sin valor añadido. Sin embargo, surgirán nuevos riesgos. El mercado laboral se va a ver afectado. En la próxima década nos encaminamos hacia una masiva destrucción de empleo y un aumento de la brecha social entre clases. Este es el mayor reto al que vamos a tener que enfrentarnos como sociedad. Si lo superamos, evitaremos situaciones de conflicto social como la que se produjo con el ludismo en el siglo XIX. En un mundo globalizado como el actual, nadie desea un contexto de enfrentamiento social que, sin duda alguna, impactaría en la seguridad geopolítica a nivel mundial.

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