El porcentaje de empresas que entran en preconcurso de acreedores y consiguen pactar el pago de las deudas, evitando así llegar el concurso, no suele ser muy alto. Por eso cada vez que una compañía lo logra resulta toda una hazaña que hay que contar.
En esta ocasión la que ha conseguido salir de esta difícil situación es el Grupo Cursach, del que te hablé hace unos meses en el blog. Este holding de turismo mallorquín se declaró en preconcurso de acreedores en marzo, comunicándole su decisión al juzgado de lo Mercantil de Palma.
El Grupo Cursach es una empresa familiar con más de 40 años de vida que ha centrado sus actividades en el sector del turismo, con negocios en el ámbito del ocio, la música, los hoteles, la hostelería, el deporte y el wellness. La compañía balear, que en temporada alta da trabajo a unos 1.700 empleados, se centra sobre todo en el entretenimiento para jóvenes que pasan sus vacaciones en Mallorca, enfocándose mucho en turistas británicos, alemanes e italianos.
El grupo mallorquín llegó al preconcurso de acreedores por problemas con dos de sus locales, responsabilizando de su situación directamente al Ayuntamiento de Palma. Con el objetivo de realizar una inspección, el consistorio había ordenado el cierre del gimnasio Megasport y la discoteca Megapark del Arenal. Aunque en un primer momento les había otorgado una licencia para realizar unas obras, posteriormente la denegó.
Acuerdo con los proveedores y los bancos
Cuatro meses después de declararse en preconcurso el Grupo Cursach ha podido salir del bache gracias a un acuerdo firmado sus más de 400 proveedores. Además, según han señalado fuentes de la compañía, también están cerrando un acuerdo con entidades bancarias. Estos movimientos ponen de manifiesto que la firma balear cuenta con buena salud financiera.
¿En qué estado están sus dos locales afectados? El Megapark ya estaría operando al 50% de su capacidad, mientras el centro deportivo Megasport estaría reformándose para adecuarse a las condiciones impuestas por el Ayuntamiento de Palma. Si todo continúa como hasta ahora, su reapertura se daría a unos meses vista.
Desde el Grupo Cursach reconocen que sus problemas siguen siendo “muy graves” y afirman que estos inconvenientes que les afectan justo en temporada veraniega les han supuesto un “gran disgusto”. No obstante, parece que el buen entendimiento con los proveedores habría ayudado a la compañía a alejar el fantasma del concurso de acreedores, que habría supuesto la intervención judicial -y de un administrador concursal- y la pérdida de control del equipo gestor.
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