Dentro del maregmagnum de términos y conceptos relacionados con la inversión y el capital riesgo nos encontramos con el de ‘family office’. Este vehículo de inversión, si lo podemos llamar así, está íntimamente ligado a negocios familiares, pero únicamente a aquellos de gran escala y con importantes flujos de capital. Dentro de estos grandes patrimonios hay tanto sociedades constituidas o fundadas por familias como simplemente empresas en las que han participado éstas o de las que son accionistas mayoritarios. Sin embargo, también se incluyen propiedades, inmuebles, herencias, obras de arte, etc.
¿Qué es un family office?
Un family office se encarga no solo de la protección del patrimonio o los patrimonios ya existentes, sino también de buscar su crecimiento. La finalidad última es dejar un mayor y más acaudalado legado a las próximas generaciones.
Para definir lo que es un family office es importante explicar lo que hace. Entre sus funciones están proporcionar servicios financieros personales, contabilidad, asesoramiento legal, gestión de impuestos, gestión documental, recursos humanos, pagos de facturas, etc. También se encargan de la gestión de propiedades, las actividades filantrópicas, la educación a la familia en conceptos financieros y de inversión e incluso de allanar el terreno para un futuro plan de sucesión. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cada familia y fortuna va a tener sus propias necesidades.
Estos despachos también realizan tareas de planificación. Trabajan con objetivos a largo plazo y pueden proporcionar servicios a una familia durante décadas. Siempre miran de cara hacia el futuro, con la vista puesta en lo que puede ocurrir.
Pese a que no hay una cifra establecida legalmente, es común que estas firmas se encarguen de patrimonios familiares cuya valoración supera los 100 millones de dólares. Por su parte, los family offices pueden embolsarse alrededor del millón de dólares anuales por sus gestiones y tareas.
En España los family offices no cuentan con un marco normativo específico, aunque sí que existe uno creado en Luxemburgo a finales de 2012 para regular sus operaciones que ha sido pionero en este campo. La regulación solo incluye a los multi-family offices y limita su actividad a ciertos profesionales, entre los que están las entidades crediticias, los consejeros de inversiones, algunos abogados, los notarios, los auditores, los gerentes de fortunas y los contables.
Tipologías para clasificar y definir qué es un family office
Los family offices pueden dividirse en dos tipos que vamos a explicar a continuación:
- Los family offices individuales o single family offices (SFOs).- Son los que proporcionan servicios a una única familia y se centran únicamente en su patrimonio. Esta figura es mucho más común y numerosa dentro del entorno empresarial que la otra, porque produce mayor confianza.
- Los family offices múltiples o multi-family offices (MFOs).- Ofrecen servicios y gestionan activos de varias familias o grupos de empresas familiares. Sirven a varios clientes de manera simultánea, no trabajan en exclusividad.
Clasificación según Scott Gardner
Para otros existe una clasificación más amplia de estas figuras. Es el caso de Scott Gardner, presidente de Sterling Wealt Management. El directivo habla de cuatro tipologías:
- Family offices de clase I.– Este tipo aporta servicios financieros e inmobiliarios. Suele ser una compañía independiente que recibe las órdenes o la supervisión directa de un administrador o persona de confianza de la familia.
- Family offices de clase II.– Aquí estarían incluidos los denominados virtual-family offices (VFO), que proporcionan labores de asistencia financiera, administrativa, etc por una tarifa plana mensual.
- Family offices de clase III.- Están centrados en servicios financieros y normalmente son operados por un banco, despacho de abogados o gestora.
- Family offices de clase IV.- Se enfocan en los asuntos inmobiliarios y son gestionados por las mismas familias aunque con la asistencia de personal externo.
Familias como los Rockefeller habrían sido de las primeras en recurrir a estas figuras a finales del siglo XIX, aunque el comienzo de su popularización no fue hasta los años ochenta. En España un buen ejemplo de lo que es un family office lo tenemos en Whitehole Investments, un fondo de inversión muy focalizado en la inversión industrial en Bilbao cuyas oficinas se sitúan en la planta 20 de la Torre Iberdrola. Para conocer más sobre el mismo, puedes echar un vistazo a esta entrevista que hemos realizado a su director de operaciones, Galo Álvarez.
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