Hace algún tiempo os expliqué en un artículo del blog en qué consiste la reestructuración financiera de una empresa, por qué se trata de un proceso complicado que requiere de asesoramiento especializado y cuál es la razón por la que constituye una de las vías más útiles para rescatar a pymes que navegan a la deriva. Por todo ello, mi objetivo en este nuevo artículo será abordar las fases más importantes del proceso de reestructuración, para orientar a todo aquél que necesite saber cómo reunificar deudas de diferentes acreedores.
- Justificación: Una vez que alguien decide embarcarse en este procedimiento debe justificar ante las entidades financieras y restantes acreedores por qué lo hace. Es decir, tiene que explicar por qué le resulta imposible abonar las deudas contraídas en las condiciones que se pactaron en su día.
- Plan de viabilidad: La empresa debe informar a sus acreedores sobre su situación real. Normalmente esto se hace a través de un plan de viabilidad. En él se especifica tanto la situación actual de la compañía como su viabilidad tras la refinanciación.
- Propuesta de refinanciación: La empresa ya ha dicho cuál es su situación actual y cómo pretende transformarla durante los próximos años para empezar a ganar dinero. El siguiente paso será detallar las necesidades de financiación que le permitirán abordar con éxito ese plan. Es decir, explicará cómo la reestructuración financiera que se solicita incrementa las probabilidades de que cobren sus acreedores.
- Negociaciones: Constituyen el meollo de la reestructuración financiera y, dependiendo del número de actores implicados, podrán extenderse varios meses. En esta parte del proceso se decidirán los nuevos intereses a pagar y también el nuevo calendario de amortizaciones. En ocasiones se establece un periodo de carencia, en el que la compañía sólo paga intereses, pero no capital, e incluso se suele plantear la concesión de un nuevo crédito (“fresh money”) si las necesidades de tesorería son muy elevadas.
- Due diligence: No es obligatoria, y casi ninguna PYME se somete a ella por iniciativa propia cuando se solicita una refinanciación. Sin embargo, pueden llegar a pedírtela tus acreedores si la deuda es muy elevada o si existen dudas serias sobre la viabilidad de tu negocio. La Due Dilligence es básicamente una “investigación” a la que la empresa se somete de forma voluntaria para que las partes implicadas puedan comprobar la situación financiera de partida de la empresa. Por si esto ocurre, ten preparada toda tu información contable y financiera por si te la exigen.
- Firma: La última fase de la reestructuración financiera es la firma del contrato de préstamo con tu banco. En la mayoría de las ocasiones tendremos que elevar a público el contrato de préstamo, es decir, tendremos que pasar por notaría para formalizarlo. Lee bien todas las cláusulas y la letra pequeña. No te fíes.
Si diriges un negocio y necesitas asesoramiento sobre cómo reunificar deudas o como abordar una reestructuración financiera global eficaz, en Dipcom Corporate podemos ayudarte. Nuestro asesoramiento especializado incluye la incorporación de uno de nuestros expertos dentro de tu empresa para liderar el proceso de reestructuración. A su vez, otro equipo formado por economistas, abogados y expertos financieros se ocuparán de todo el asesoramiento legal, tanto en la búsqueda de financiación como en la negociación con bancos y proveedores. Si quieres saber más, puedes contactar conmigo a través de este formulario de contacto.
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