La robótica afronta el reto de ser más ágil y competitiva

La robótica afronta el reto de ser más ágil y competitiva

Hace algún tiempo que os expliqué en este artículo los avances que ha realizado la robótica durante los últimos años para adaptarse al mundo de la empresa. Posteriormente, también me hice eco de las teorías que prevén un importante incremento de la productividad empresarial en el medio y largo plazo como consecuencia de la irrupción de la inteligencia artificial. Y hoy repasaré algunos de los retos que aún deben superar los robots que se utilizan en el ámbito de la producción industrial para llegar a ser verdaderamente eficaces y competitivos.

En primer lugar, conviene destacar que este tipo de tecnologías han experimentado un fuerte crecimiento en los últimos tiempos, impulsadas por la fabricación automatizada de vehículos en China y por la robotización del montaje de productos electrónicos. De hecho, el sector registrará crecimientos anuales superiores al 10% a partir de 2019, según las previsiones de la Federación Internacional de Robótica, gracias a la progresiva automatización de numerosos bienes que hoy se fabrican por la intervención directa del ser humano.

Principales desafíos del sector

  1. Costes: A día de hoy, sustituir operarios por robots en una planta de producción industrial es extremadamente caro (se calcula que el coste puede ser entre 3 y 8 veces superior, dependiendo del sector y el puesto). Por eso, las empresas dedicadas al negocio de la robótica reconocen que su principal desafío de cara a los próximos años es reducir los costes de fabricación, instalación y mantenimiento de los robots, ya que de momento sólo resultan competitivos cuando se destinan a producciones a gran escala. Esto hace que, por ejemplo, sean inasumibles para la pequeña y mediana empresa.
  2. Versatilidad. Una de las grandes debilidades de los robots actuales es que su uso tiene que ser el mismo a lo largo de toda su vida útil, es decir, no pueden ser reprogramados y, por tanto, tampoco pueden implementarse en cadenas de producción multitarea. Esta falta de versatilidad es otro de los grandes frenos para la expansión de los robots.
  3. Programación. La última limitación de la robótica es esencialmente técnica, ya que se suele criticar que estos aparatos son poco intuitivos, cuentan con una interfaz de usuario excesivamente compleja y, para colmo, en muchas ocasiones tienen unos sistemas de seguridad débiles y que rara vez se actualizan. La programación tiene un gran reto en el desarrollo de software ágil para los robots.

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Industrias hostiles para la robótica

La suma de todas esas limitaciones ha provocado que algunos sectores se hayan convertido en territorio hostil para la implantación de la robótica. Algunos ejemplos claros son la industria alimentaria o la agricultura, donde es necesaria una gran versatilidad para manipular muchos productos que son totalmente distintos entre sí.

Otro ejemplo es el de la distribución de los productos del e-commerce, donde los robots no son eficaces porque están pensados para manipular contenedores iguales y no para mezclar cajas diferentes, que es lo que exige el comercio electrónico. Y algo similar ocurre en el caso de los controles de calidad de los procesos de producción, que de momento son tarea exclusiva del ser humano (aunque la llegada de los sensores de imagen podría suponer una oportunidad para que la robótica empezara a hacerse un hueco en este campo).


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