Los mercados no dan tregua a las vacaciones estivales y tal como se preveía nos enfrentamos a un agosto convulso. A la cercanía de la subida de tipos en Estados Unidos y el desplome de las materias primas se suma la reciente depreciación del yuan, (se calcula una depreciación del 10% de la moneda para finales de año). Esto sitúa en el disparadero no sólo al gigante chino sino también –de nuevo- a los países emergentes. Todo ello cuando la inestabilidad en Grecia y en la eurozona aún sigue coleando. Ante este maremoto, es inevitable que los pequeños y no tan pequeños inversores se pregunten si es momento de arriesgar o de dejar sus ahorros quietecitos.
Donde no invertir
-Oro. En este tipo de situaciones, más de uno piensa en resguardarse ante el activo refugio por excelencia. Apuntarse a la fiebre del oro, que tan buenos resultados dio tras la crisis subprime puede sonar tentador. Sin embargo, no es nada aconsejable. Es más, queda descartado por las correcciones que ha vivido en los últimos años y su excesiva dependencia de las inversiones especulativas. Además, si a esto añadimos la caída de la rubla (alrededor de un 40% frente al dólar), vemos más incertidumbre que salvación en el metal precioso.
Y es que, ojo, debemos tener cuidado con los valores refugio, ya que, pueden sufrir sus propias burbujas y tener caídas tan fuertes como la renta variable. La única ventaja que tendría el pequeño ahorrador en un escenario de máxima volatilidad es el bajo nivel de inflación. Pero la inflación no es el problema en este momento.
-Inversión directa en bonos del Estado. Estamos ante otra alternativa para tiempos convulsos, que ahora tampoco va a funcionar. La política monetaria expansiva impulsada por el Banco Central Europeo (BCE) ha llevado a la renta fija a unos niveles de rentabilidad muy bajos, y, además, durante este mes hemos visto que la valoración de este tipo de activos pueden sufrir oscilaciones mucho más fuertes de lo deseable.
–Fondos cotizados de renta fija. Uno de los activos con los que hay que ser precavidos, según FE Trusted, son los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) vinculados a la evolución de renta fija. En realidad, la recomendación supone concretar el consejo general de que hay que tener cuidado extremo con la renta fija: con la deuda en general y con la pública en particular
Donde invertir
-Inversiones productivas. En momentos en los que los mercados se tambalean muchos inversores se plantean la entrada en nuevos mercados por la vía de las adquisiciones corporativas o invirtiendo directamente en nuevos negocios. No sólo porque son menos dependientes de las idas y venidas de los mercados de valores, sino también porque fomentarán el crecimiento y desarrollo económico en los próximos años. Una inversión productiva aplaza la decisión de recibir los beneficios de corto plazo para obtener un rendimiento y producción mayor en el mediano y largo plazo. Dentro de este apartado se incluyen también las inversiones de impacto.
Como es sabido este tipo de inversiones se destinan a la producción de bienes y servicios, mientras que las inversiones financieras giran alrededor del crecimiento del mismo dinero. No por ello son menos rentables. Sin ir más lejos, la inversión extranjera productiva, alcanzó el pasado año los 17.626 millones de euros, un 9,8% más que en 2013 (16.047 millones), de acuerdo con los datos del Registro de Inversiones Exteriores del Ministerio de Economía y Competitividad.
Entre los sectores más punteros actualmente, startups de alta tecnología (mucha atención al área de la impresión 3D), hostelería o empresas relacionadas con el turismo.
Para DIPCOM CORPORATE es una de las mejores opciones de inversión. Por ello, hemos creado el servicio a inversores corporativos/privados donde ofrecemos a empresas, corporaciones, family office, business angels y pequeños inversores con vocación empresarial, la oportunidad de invertir en empresas de nueva creación (start-ups), proyectos en fase de crecimiento o empresas ya consolidadas.
–Mixtos flexibles. Dentro de los mercados financieros, si me dan a elegir diría que los fondos mixtos flexibles o de retorno absoluto son interesantes debido a su capacidad para cambiar sus estrategias en función del tono de mercado. Los productos más atractivos de esta categoría han de cumplir tres criterios, que su cartera incluya Bolsa y liquidez, con un peso mínimo (o nulo) de la renta fija; que estén centrados en Europa y EEUU; y que el gestor invierta parte de su capital en el propio fondo. Uno de los que más gusta a los expertos es el JPM Global Income, con cinco estrellas Morninstar.
–Fondos perfilados. Para los inversores con menor conocimiento de los mercados, las grandes gestoras ofrecen esta alternativa. Invercaixa, con sus gamas Oportunidad y Elección; Santander AM, con su gama Select; BBVA AM, con sus gamas Quality y Multiactivo, ofrecen fondos de fondos, adecuados para el perfil del inversor y que se adaptan rápido a los mercados.
– Fondos con reparto de rentas. En un momento en el que es complicado obtener una fuente de rentabilidad, y mientras la situación no mejore de forma más sólida, puede ser interesante apostar por fondos de inversión que nos reparten periódicamente un dividendo.
Todas las opciones son interesantes, dependiendo del perfil de inversor y de la cantidad a invertir, pero para mi la opción por excelencia en este momento (perdonen que insista) no es invertir en dinero sino en generar un valor tangible, que repercuta de forma positiva en nuestra sociedad, a la vez que obtenemos un retorno financiero.