Cuando las empresas se encuentran con dificultades financieras a menudo se cuestionan si podrían haber evitado sus problemas prestando atención a algunas señales de advertencia premonitorias. ¿Cómo hemos llegado a este punto? se preguntan directivos y empleados, ¿de verdad que nadie lo veía venir? Lo cierto es que las empresas rara vez van a la quiebra sin alguna -o algunas- advertencias previas. Si bien es verdad que muchas de las señales pueden ser sutiles y pasar inadvertidas otras son bastante obvias. Según mi experiencia en DIPCOM puedo decir que, por desgracia, gran parte de los indicios se ignoran o se detectan demasiado tarde.
Ser consciente de estas señales puede permitir a las organizaciones tomar decisiones o contratar los servicios profesionales necesarios para evitar una bancarrota. La adopción de medidas al inicio del proceso se puede traducir en una solución ganador-ganador para accionistas y acreedores. No hay que esperar a la crisis financiera. A continuación expongo algunas de las señales más claras para detectar que un negocio puede estar acercándose de manera peligrosa a la quiebra.
1. Bajada de ventas y pérdida de clientes. Una empresa puede ver «las orejas al lobo» cuando bajan las ventas, cuando recibe la petición de menos cantidades y menos productos (atención a los altos niveles de inventarios). También cuando se van los clientes. Si, toda organización pierde clientes, no importa el tamaño o la naturaleza de su negocio, pero es importante ahondar en las causas, sobre todo cuando esto empieza a ocurrir de forma repentina.
2. Entra competencia nueva en el sector y no la detectamos. Toda compañía debe conocer de cerca a su competencia. Por ello es importante la inteligencia competitiva de la que hablé en mi anterior post. Si lo descuidamos, si vemos como otros están en la línea de la salida sin nosotros si quiera despeinarnos el resultado puede ser desastroso.
3. El caso contrario es que la competencia desaparezca del mapa. Mejor para nosotros, pensaremos en un primer momento. Puede haber muchas razones detrás de esto, pero a veces es que el modelo de negocio está dejando de ser rentable. No lo celebremos hasta saber el porqué. Si estamos viendo como nuestros competidores caen a nuestro alrededor como moscas, es necesario volver a evaluar la situación de nuestro sector antes de ser las próximas víctimas.
4. Crisis internas de Recursos Humanos. Se marchan directivos o trabajadores claves de la empresa o hay un alto absentismo laboral. ¿Por qué se van? ¿Les ha caído a todos otra oferta del cielo? La pérdida de clientes es una cosa, pero la pérdida de personal clave es una gran señal de peligro. Escuche lo que tengan que decirle, aunque no sea agradable.
5. Mal clima laboral. Cuando se observan negatividad, quejas, falta de motivación y otros problemas de comportamiento entre el personal de la empresa, estamos ante una muestra clara de que las cosas no siguen el camino que deberían. Retenga el talento y haga sentir a sus empleados que son imprescindibles.
6. Déficit de información. La información financiera oportuna y precisa es fundamental para un sistema de alerta temprana. Si tenemos un cuadro de mando poco actualizado, si por ejemplo, no tenemos controlados ni analizados los costes de producción o –peor aún- no tenemos un control del presupuesto, es imposible saber hacia dónde va nuestro negocio.
7. El hecho de no estar al corriente de los cambios tecnológicos o un cambio en los gustos del consumidor puede llevar a la obsolescencia de los productos y la disminución de la cuota de mercado.
8. Insatisfacción de los clientes. El deterioro de la atención al cliente puede indicar problemas en el futuro. Luego no nos extrañemos si se van a la competencia.
9. Falta de liquidez. Muchas empresas experimentan escasez de efectivo ocasional. Esto no es necesariamente un indicador de quiebra inminente, pero les aseguro que los problemas en el flujo de caja no llevan a nada bueno, sobre todo si los déficits se vuelven algo habitual. Recuerde que en finanzas hay un principio inalterable: las empresas nacen y mueren por la caja.
10. La infravaloración de contratos y las bajas temerarias en precios con el fin de aumentar las ventas a menudo conducen a márgenes y pérdidas brutas bajas o negativas. En este caso el remedio se vuelve peor que la enfermedad.
11. La relación de una empresa con su banco nos dice mucho. Un cambio en los patrones de endeudamiento o el incumplimiento de los convenios de préstamo o retrasos en los pagos de son señales de advertencia claras de que la empresa necesita ayuda.
12. Auditoría por profesionales externos. En el caso de medianas y grandes empresas las visitas de abogados, inspectores y auditores puede ser un síntoma de mala salud.
Que no cunda el pánico. En cualquiera de los anteriores casos la empresa sigue teniendo solución, y no estamos ante una muerte inminente; pero creánme, pueden evitar llegar al extremo siempre y cuando sepan analizar de forma conveniente estas muestras. Ya se saben el dicho, más vale prevenir que concurso de acreedores.
Si no quieres abordar solo el proceso de crisis, echa un vistazo al siguiente documento que anexamos. Quizá podamos ayudarte en el proceso:
Documento ANEXO: Gestión de Crisis en tu empresa. Como te puedo ayudar.